"NOS CONVERTIMOS EN ASTRONAUTAS"

La profesión de astronauta nos llama mucho la atención..., los trajes, los cohetes, el viajar al espacio, etc, algunos hasta quieren ser eso de mayores.

Los astronautas tienen que estar muy preparados, pues las condiciones del espacio no son las mismas que las de la Tierra: todo esta a una mayor distancia, muy, muy, muy, muy, muy lejos, no hay oxígeno, ni tampoco gravedad, y ¿qué es eso de la gravedad?

La gravedad esta presente en la Tierra, y es la fuerza que atrae a todo cuerpo hacía el suelo. Con los niños/as realizamos algunos experimentos, y vemos que todo lo que soltamos rápidamente cae hacía abajo, incluso lo probamos con un poco de agua, y vemos que se forma un charco, pues el agua también es atraída hacía el suelo.

Pues en el espacio no existe esa gravedad, por lo que cualquier objeto se mantiene flotando, incluso las personas. Los astronautas tienen que estar muy preparados para someterse a esta situación.

Observamos un vídeo en el que un astronauta bebe agua, increíble, ¿verdad? Los niños y niñas quedan alucinados.



Pues para estar listos para nuestro viaje al espacio, jejeje, necesitamos construirnos nuestros trajes de astronauta.

Utilizamos dos cajas, una como casco a la que hemos recortado el espacio para la cara, y otra para el cuerpo, a la que colocamos dos tirantes para colgarla.

Aunque los trajes suelen ser blancos, tenemos tan poca témpera de ese color que nos vemos obligados a pintar la mayoría de dorados y plateados, pero nos quedan igual de chulísimos.

 

Dos botellas de agua vacía nos sirven como bombonas de oxígeno, y luego lo que encontramos por la clase lo usamos para decorarlos: tapones, chapas, pegatinas, bolas de corcho, trozos de bayeta amarilla, etc. Así quedan nuestros diseños, ¿qué os parecen?

 

 



¡Pero claro!, todo astronauta necesita su cohete para viajar, así que no dudamos en hacerlos.

Para ello usamos botes de plástico transparentes que llenamos de agua.

En esa agua añadimos aceite corporal, colorante alimentario y diferentes purpurinas, de manera que cuando se mueva, sea parecido a una botella sensorial.

Bien cerrado el bote, le colocamos un cucurucho con diseño personal, y tapones de rotuladores gastados a modo de motores, y así queda cada uno.

Pues ya sí, con nuestro cohete preparado, estamos listos para viajar al espacio...¡yuhuuuuuuuu!